En Volos triunfa la TEM sobre el dinero. Si necesitas algo y te faltan los euros para comprarlo, sólo tienes que pensar en qué puedes ofrecer a cambio. En pleno corazón de la crisis y haciendo frente a la gran precariedad económica del país, más de 800 personas se han entregado ya al trueque como sistema de crédito e intercambio. Cuánto más ofrezcas, más crédito obtienes, y cuánto más crédito tengas, a más tienes acceso. La oferta es muy variada: clases de yoga, de informática, verdura, unas velas, joyas, herramientas... Todo centralizado a través de un sistema informático que, en forma de mercadillo, hace las funciones de banco, sin serlo, claro; por allí no quieren saber mucho de bancos.
La logística es obra de Yiannis Grigoriou, pero la idea no es nueva. A bote pronto, ha repetido bases intelectuales de la Red Global de Trueque durante el Corralito de Argentina; o haciendo más memoria, la Tienda del Tiempo de Cincinnati de Josiah Warren del siglo XIX, aunque seguro que hay muchos más ejemplos.
El mensaje de estos movimientos no es novedoso, ante la falta de soluciones externas, la creatividad y el ingenio en tiempos de crisis, se postulan como las grandes armas a nuestro alcance. Nuevos movimientos sociales y emprendedores a pequeña escala que, sobre todo, crean una realidad propia y la esperanza para combatir la peor consecuencia de la crisis: el inmovilismo; esperanza por dar y recibir, esperanza de pertenecer a una comunidad útil.
El consumo forma parte de la historia del hombre desde siempre, no tendría sentido demonizarlo; pero sí a ese otro consumo ciego y sus armas (como ha demostrado esta crisis) de destrucción masiva. Es necesario consumir de otra manera, debe hacerse; y retomar costumbres que nunca debieron perderse: el mismo trueque, o algunas de reciente recuperación, como los préstamos peer-to-peer, de los que nos ocuparemos otro día.
Para acabar, banda sonora; creatividad en estado puro; Dancehall N1 Swan Fyahbwoy:
Para acabar, banda sonora; creatividad en estado puro; Dancehall N1 Swan Fyahbwoy: