miércoles, 12 de diciembre de 2012

El concepto de compartir



Últimamente se habla mucho de compartir. Comparte tus fotos en redes sociales, comparte tus contactos en el smart phone... El uso semántico que le damos ahora a este verbo esencialmente tan bonito parece haber perdido eso mismo, su esencia, para convertirse en una herramienta más de marketing y publicidad.

El pasado 14 de noviembre se celebró el Global Sharing Day (el día global de compartir), una iniciativa del movimiento británico Compare and Share que, en su web, tiene un mercadillo donde puedes vender, comprar y compartir de todo. Su ideal es la "economía compartida" y su mensaje muy claro: hay miles de millones de objetos en desuso en el mundo, ¿por qué no cambiarlos por otros? Beneficia tu bolsillo y, desde luego, beneficia al planeta. Aquí abajo os dejamos un vídeo donde ellos se explican, con imágenes, mucho mejor que nosotros. ¡Cuánto más compartes, más tienes!


viernes, 7 de diciembre de 2012

Campaña para salvar la selva amazónica




Uno de los bosques pluviales que quedan en el planeta, el brasileño, está amenazado por un proyecto de ley que reduce la protección a este espacio natural que es uno de los principales pulmones de la tierra. El nuevo código que se ha propuesto en el parlamento de ese país abre la veda a la destrucción de grandes áreas, algo que contribuirá a acelerar el cambio climático.

Pero, ¡aún queda tiempo! En estos momentos, la única persona que puede impedir que esto ocurra es la presidenta Dilma. Ella puede proteger el Amazonas vetando este proyecto de ley. Greenpeace ha lanzado una campaña para que le escribas un mail directamente a ella pidiéndole que intervenga. Hazlo aquí, miles de personas ya lo han hecho.

Te dejamos el vídeo que ha hecho la ONG para darte el empujón que necesitas.


martes, 4 de diciembre de 2012

Dreaming of a GREEN Christmas


Las Navidades -  las odies o las adores - son, al final, un atracón de consumo del que es casi imposible escapar. Bien es cierto que la crisis económica ha reducido drásticamente - para unos más que para otros, claro - el presupuesto navideño de las familias. En el conTÚmismo creemos en pequeñas acciones que pueden generar grandes cambios y, desde luego, no pretendemos ser aguafiestas. Así que centramos nuestro esfuerzo en, por lo menos, reducir la cantidad de árboles que acaban en la basura después del día 6 de enero. Los árboles de plástico, para nosotros, tampoco son una opción. Y el argumento de que valen para varios años tampoco lo es a juzgar por la cantidad de falsos abetos que vemos en contenedores después de las fiestas. Proponemos este árbol de cartón reciclado diseñado por Giles Miller. Es sostenible, ecológico y original. Lo puedes comprar en Design Museum Shop y cuesta tan sólo 18,40 €.

miércoles, 14 de noviembre de 2012

OUR CHOICE revoluciona el mundo de las publicaciones digitales

El nuevo libro multimedia de Al Gore sobre el cambio climático, Our Choice, ha sido diseñado utilizando un software realmente alucinante llamado Push Pop Press. Se habla ya de una revolución en el mundo digital-editorial.

Uno de sus creadores, nos cuenta cómo funciona y nos hace un  recorrido por el libro a través de un iPad. Mira, mira:

viernes, 21 de septiembre de 2012

Watts Towers de Sam Rodia



"Tienes que hacer algo que el mundo no tenga", esta era la frase que repetía una y otra vez un humilde inmigrante italiano que se había instalado en la ciudad de Los Ángeles a principios de siglo y cambiado su nombre original por Sam o Simon Rodia. Y se puso manos a la obra para cumplirlo. Durante 33 años (entre 1921 y 1954), este albañil dedicó su tiempo libre a construir con materiales de deshecho las Watt Towers , una sorprendente "reunión" de 17 gigantescas esculturas en forma de torre instaladas en la parcela de una zona residencial de la ciudad (más concretamente, en la que el propio Rodia tenía instalada su casa). Estas extrañas edificaciones tienen hoy categoría de monumento nacional. 




¿Genio o loco? ¿Arte o una mera manualidad? Rodia y su obra siguen despertando controversia en la actualidad. ¿Fama o infamia? Los defensores de las Watts Towers y sus detractores se reparten al 50%. Pero lo cierto es que este humilde trabajador para el que el mundo resultaba muy hostil, decidió crear su propio espacio - "Nuestro pueblo", como bautizó él a su obra - dentro de él.  Y trascendió: hizo algo que el mundo no tenía, y aún hoy seguimos recordando su nombre. Pero para más inri, Rodia es un auténtico pionero del arte reciclado y de la reutilización, porque estas 17 increíbles construcciones con armazón de metal y cemento están hechas y adornadas con todo tipo de basura encontrada en la calle: platos rotos, trozos de azulejos, muebles, alambres... Y sin intervención alguna de maquinaría ni siquiera de andamios. Todo a mano, artesanal, día a día durante más de tres décadas.

La historia de Rodia y la construcción de las Watt Towers ha merecido ser el argumento de un excelente documental, I Build the Tower. También os mostramos una amplia galería de fotos de detalles de las torres.













miércoles, 19 de septiembre de 2012

Los huertos de la victoria


Los huertos de la victoria (victory gardens) eran huertos de vegetales, frutales y plantas aromáticas plantados durante la Primera y la Segunda Guerra Mundial para paliar los efectos del racionamiento de los alimentos y la demanda de los mismos por parte del ejército. Se suponía, además, que también eran buenos para la moral. Tanto que hasta el mismísimo Batman tenía uno. Dejamos a continuación algunos de los posters propagandísticos que hemos encontrado.





martes, 18 de septiembre de 2012

¡Por el carril bici!: El mundo de la cultura a dos ruedas



Las bicis son un método de transporte cada vez más habitual en nuestras ciudades. No sabemos si el motivo es la conciencia de que debemos contaminar menos o si son los estragos de esta maldita crisis sobre el bolsillo, las vertiginosas subidas de las tarifas del transporte público o los precios de la gasolina en la estratosferas los que hacen que cada vez más de nosotros optemos por movernos sobre dos ruedas. En el fondo, da un poco igual los motivos porque el beneficio para el medioambiente es evidente, y muy positivo.

Los ciclistas urbanos, especialmente en grandes ciudades con un tráfico denso como Madrid, se la juegan y parece mentira que los gobiernos municipales no den el paso de crear un carril para ellos. Hemos pensado que igual les animamos si publicamos este post con grandes nombres de la literatura montando en bici y les pedimos el ejercicio de imaginación de pensar que, en otra vida, esos pobres ciclistas indefensos sorteando coches y autobuses bien podrían haber sido Tolstoi (en la foto de entrada), Wells, Sylvia Plath o Hemingway...

Pero, como no creemos que surta mucho efecto, os animamos a pedir activamente que creen un carril bici en vuestras ciudades. Simplemente, buscar en Google las siguientes palabras: petición carril bici + el nombre de vuestra ciudad. Hay infinidad de plataformas luchando por ello. Si insistimos, igual lo conseguimos. 


Arthur Conan Doyle y su mujer (1892)


Thomas Hardy


Ernest Hemingway


Sylvia Plath a los 18 años



Phillip Larkin


Henry Miller


Patti Smtih


 Ray Bradbury


H.G. Wells y su mujer en un tándem


Tennesse Williams

sábado, 28 de julio de 2012

ECO-DECO: TU JARDÍN SECRETO CON WOOLLY POCKET



Cualquier pared de tu casa puede convertirse en un jardín colgante con los soportes creados por Woolly Pocket. Y. si te animas, también puedes convertirlo en auténtico huerto interior.

Los soportes de Woolly Pocket son tirados de instalar y, por su bajo peso, se pueden colgar en cualquier sitio. Se pueden combinar los diferentes tamaños y formas para cultivar todo tipo de plantas, no sólo ornamentales, también hortícolas.


Pocket Science, así han llamado sus diseñadores a esta idea genial que, además, es  es 100% ecológica ya los soportes están fabricados de botellas de plástico recicladas. Su diseño está pensado para garantizar la salud de la planta ya que, en su parte posterior, posee una lengueta que va sirviendo agua directamente a la raíz de la misma, dosificando la cantidad que necesita. En el caso de que te montes un auténtico jardín colgante al estilo babilónico, también proporcionan sistemas de riego automático.

Y si no eres tan ambicioso, también tienen soportes pequeños para colocar encima de la mesa o en la repisa de la ventana, ideales también para tener tus plantas aromáticas a mano en la cocina. Los precios van desde los 25 y los 250 $, y aquí abajo te dejamos una serie de fotos de diferentes aplicaciones para ver si te animas.













Hemos catalogado a los Wooly Pocket como:










Catálogo y venta online en:
http://www.woollypocket.com


miércoles, 11 de julio de 2012

MOVIMIENTO SLOW

La revolución del caracol


“Que se pare el mundo que me quiero bajar” es un sentimiento que todos hemos albergado alguna vez, ¿verdad? Y la mayoría de veces seguro que lo hemos sentido cuando estamos estresados, agobiados, metidos en un bucle de actividad frenética…

Ése es, justo, el sentimiento que quiere erradicar el Movimiento Slow. Y sin que haga falta que nos “bajemos” del mundo, sencillamente que vaya menos deprisa, como indica su nombre [slow en inglés significa despacio o lento].

Lo que propone la revolución del caracol es que nos liberemos de la tiranía del tiempo, y ajustemos nuestro de ritmo de vida a un compás más tranquilo. Parece una simplicidad, y lo es. Pero es una auténtica revolución que ya están siguiendo miles de personas en todo el mundo. Y lo más bello del movimiento Slow es que no es una organización ni una asociación, y no está organizado ni controlado por nadie. Es una filosofía de vida, una idea que se contagia y que cobra vida con actos individuales a lo largo del planeta, haciendo crecer una gran comunidad global Slow, en constante expansión. 

Simplificar nuestra vida, priorizar todo aquello que potencie nuestro desarrollo personal, utilizar la tecnología para ahorrarnos tiempo y permitirnos disfrutar de actividades como dar un paseo o compartir una comida con otras personas son algunas de las propuestas del movimiento que defiende que, aunque la tecnología puede acelerar el trabajo y otras actividades humanas, las cosas más importantes de la vida no deberían acelerarse.





Curiosamente, la comida tiene un papel muy destacado en el movimiento slow ya que su origen está en las protestas en 1986 contra la apertura de un McDonalds en la histórica Piazza di Spagna. El gastrónomo Carlo Petrini fundó entonces el movimiento Slow Food, cuya filosofía ha ido ampliándose a otras actividades y aspectos de nuestras vidas – slow travel, slow cities, slow school, slow money, slow living… -hasta crecer en movimiento global. Ya entonces Petrini decía: “El movimiento que hemos puesto en marcha no se limita a comer despacio. En una sociedad como la nuestra, en la que todo se basa en la velocidad, tomarse de vez en cuando las cosas con un poco más de calma es muy bueno para el espíritu, para la vista, para el corazón, y para las relaciones sociales”.


Desacelerarnos , conectar con nuestro entorno y buscar nuestra felicidad y la de los que nos rodean, eso es lo que propone el movimiento despacio. Sobre el papel no tiene mala pinta, pero, ¿podemos permitírnoslo? Ese ritmo nos lo impone el curro, las obligaciones… Los seguidores del movimiento slow te dirán que quizás hayan hecho algunos sacrificios económicos, algunos incluso están protagonizando un fenómeno social inusitado en las últimas décadas de consumismo frenético en la que hemos vivido bajo el lema “tanto tengo tanto valgo”: el downshifting o reducción de nivel de vida. Gente en muchas partes del mundo a la que no le importa vivir con menos pero tener más tiempo para sí mismo, para los suyos y para su comunidad. Encontrar nuevos valores espirituales y arrinconar los antiguos valores materiales.


Vale, pongamos que nos lo podemos permitir nosotros. ¿Y nuestra sociedad, nuestra economía? Según uno de sus teóricos, Carl Honoré, autor de Elogio de la lentitud, los postulados del movimiento no significan un rechazo a la tecnología ni se traducen en improductividad o ineficacia. Lo que se pretende es una revolución moderna que logre transformar la manera superficial con que la cultura de la velocidad tiñe todos los aspectos de nuestra existencia. Vivir slow significa, además, un ahorro de recursos y de contaminación para el planeta. Nosotros mismos hemos aplicado una de sus ideas, el Slow Sunday, una iniciativa de los "lentos" británicos que os contamos en el blog del conTúmismo. Según sus cuentas, si todos los británicos hicieran un domingo lento, se podrían ahorrar hasta un 10% de emisiones de carbono. Así que, a la larga, puede ser muy bueno para nuestra existencia y la suya.

Más información de Slow Movement en:
http://www.slowmovement.com/
http://www.mundoslow.com/

sábado, 7 de julio de 2012

CHRIS JORDAN: Estadísticas para la conciencia






Ya hemos hablado de él en otras ocasiones, pero ahora queda demostrado que Chris Jordan aparte de tener conciencia es un hombre de acción. En su última película, Midway, se ha empeñado en demostrar que las consecuencias del consumo desenfrenado llegan mucho más allá de lo que vemos y palpamos en el día a día.
En el atolón de de Midway, en el Pacífico, a 2000 millas de la civilización, los albatros cuidan de sus polluelos; aunque últimamente no les proporcionan el tipo de alimento de siempre. En los últimos tiempos, a las costas del atolón, llegan plásticos de todo tipo provenientes de la basura de los Estados Unidos. Los padres, confundidos, la recogen creyendo que es alimento para sus crías, matando a muchas de ellas inexorablemente.




Como Chris Jordan dice: "Cada vez que me arrodillo ante uno de ellos para fotografiarlo es como verme reflejado en un espejo macabro". Lo cierto es que el trabajo de Chris nos revuelve la conciencia y nos cuestiona inexorablemente nuestros comportamientos inconscientes; ese trance que al que nos lleva el consumo ciego e iresponsable. Y si no lo crees, mira estas impactantes estadísticas que ha realizado sobre el consumo de su país: 



jueves, 21 de junio de 2012

BORIS BALLY Y SU DISEÑO "HUMANOFACTURADO"


Diseño y sostenibilidad hacen una buena combinación en manos del artista neoyorquino Boris Bally que recorre las calles de su ciudad en busca de materiales para reciclar en espectaculares muebles, accesorios para la casa y todo lo que se le pueda ocurrir...

Toda la obra de Barry merece tu atención y te recomendamos que eches un vistazo a su web en busca del objeto idóneo para tu casa  (pincha aquí para ir a la home), pero para que vayas abriendo apetito te dejamos con algunas de nuestras piezas favoritas hechas con señales de tráfico descartadas y condenadas a terminar en algún basurero municipal.




A su método de producción, Bally lo califica de "humanofacturado" para indicar que todas sus piezas están realizadas 100% a mano y siempre con materiales reciclados.

Todas ellas, además, se desmontan en piezas planas para poder ser enviadas a sus compradores ahorrando packaging.


No sólo las señales de tráfico son objeto de deseo del artista de Brooklyn, también la señalización del metro de NY adquiere una segunda vida gracias a él.

Y así es cómo podría quedar tu salón con estas geniales piezas que reciclan, reutilizan y, por tanto, reducen residuos. Las tres "r" del ecologismo.




martes, 12 de junio de 2012

CARLOS TAIBO: Otro decrecentista

Carlos Taibo es un gran valedor del Decrecimiento, teoría formulada por Serge Latouche para racionalizar la utilización de los recursos que el planeta nos ofrece. Es necesario decrecer; y nosotros, desde el conTÚmismo, también lo creemos. Es mejor hacerlo, por decirlo bien, por las buenas, ya que ese decrecimiento, de una manera u otra sucederá.

Profesor de Ciencia Política en la  UAM, ha publicado ya más de veinte libros pero, desde aquí, aconsejamos 'En defensa del decrecimiento' (Editorial Catarata) para los que quieran acercarse a esta filosofía que ya cuenta con un gran número de seguidores.

Taibo es un firme defensor de reducir los índices de consumo, para no continuar fomentando las consecuencias nefastas del cambio climático, el encarecimiento de las materias primas y demás efectos que ha traído el "progreso" de la globalización. Mientras el liberalismo económico trasmite el falso axioma de que el crecimiento fomenta cohesión, igualdad y buenos servicios públicos, cuestionable en este momento por razones obvias, el Decrecimiento ofrece soluciones para los problemas vitales del día a día y para no continuar agrediendo la naturaleza. Una mayor socialización empleando de forma diferente nuestro tiempo libre y un reparto equitativo del trabajo son buenos ejemplos.

Aquí, Carlos Taibo, DECRECER PARA CRECER:

lunes, 4 de junio de 2012

EL VIRUS DE LA "AFFLUENZA"


Nos hemos dejado llevar por el hiper-consumismo en busca de lo más grande, más nuevo, más caro pero... ¿eso no has hecho más felices? Al contrario, según Affluenza una obra a medio camino entre libro de autoayuda y manifiesto político escrito por el psicólogo británico Oliver James.

Más, más, más…Así hemos vivido las últimas décadas, en un ansia constante de tener el gadget más moderno, la tele más grande, el coche más potente, o el “it” y el “must” que marque la celebrity de moda. Hemos llegado a confundir “querer” con necesitar” y hemos vivido bajo el lema de “volgo ergo sum” (quiero, luego existo).

Ese sobreconsumo es uno de los responsables de la crisis financiera y ecológica que está viviendo nuestro mundo, pero también nos ha llevado a la bancarrota espiritual. Tener más y mejor no solo no nos ha hecho más felices sino que, en efecto, nos ha creado ansiedad e insatisfacción. Lo triste es que eso ha sido, justamente, lo que quería el mercado como demuestra la frase de Charles Kettering, presidente de General Motors en los años 40, época en la que comienza la sociedad de consumo: “La clave de la prosperidad económica es la creación organizada de insatisfacción… si todo el mundo estuviera satisfecho nadie querría comprar el nuevo producto”. 



Los efectos psicológicos de este consumismo son el tema principal del libro de Oliver James, Affluenza. Su título es un juego de palabras entre affluence (afluencia en inglés, pero con un sentido más peyorativo de codicia) y affluenza, la palabra inglesa para gripe. Según James, el contagio de este virus del “más” ha trastocado negativamente nuestro sistema de valores: “El virus de la Affluenza es un conjunto de valores que aumentan nuestra vulnerabilidad al daño psicológico, al darle un enorme valor a tener dinero y posesiones, aparentar ante los demás y querer ser famosos”.

El virus de la Affluenza, además, se alimenta de y propaga con la comparación y el “qué dirán” y se manifiesta en nuestro insaciable deseo de dinero, de fama y de poder, nuestra envidiosa y obsesiva necesidad de competir y compararnos con los demás. Es en definitiva el neo-liberalismo o, desde el punto de vista psicológico de James, lo que él denomina como el “capitalismo del egoísmo”. “Mi explicación es que el virus hace que antepongas Tener a Ser y confundir (a través de la publicidad) de lo que deseas con lo que necesitas. Lo triste es que, mediante hacer que queramos más y queramos ser algo que no somos, puede continuar el crecimiento económico y el beneficio de una minúscula élite”. Parece que los Kettering del mundo se han salido con la suya, ¿no?

Decir que el dinero no da la felicidad no es nada nuevo, la verdad. Ya lo dijo Aristóteles cuando afirmó que, tras alcanzar un determinado nivel de bienestar, la felicidad no aumenta. Pero Affluenza va más allá, trae el concepto al siglo XXI. Ya no se trata de que el dinero no dé la felicidad, sino que no está deprimiendo, nos está generando ansiedad y no está haciendo desgraciados. La tesis de Oliver James es compartida por muchos otros expertos y estudiosos del tema, por cierto…


Síntomas de que estás infectado del virus de la Affluenza:
  • Estar obsesionado con adquirir determinados artículos “deseables” 
  • Estar influenciado al elegir esos artículos por el hecho de que sean más grandes/más rápidos/lo último/lo tiene menganito.
  • Estar convencido de que esos artículos son “esenciales” para tu felicidad.  
  • Pensar constantemente en qué es lo próximo que vas a comprar.  
  • Sentirte decepcionado si reprimes tus ganas de comprar.  
  • Trabajar más para comprar lo más nuevo. 
  • Pedir crédito que no te puedes permitir para hacer esas compras.  
  • Sentir que otras personas que sí tienen esas cosas son mejores que tú.  
  • Tener una sensación constante de insatisfacción a pesar de todo lo que tienes.  
  • Estar atrapado en un patrón de depositar la esperanza de que lo próximo que te compres por fin te hará realmente feliz   

Tratamiento para la Affluenza 

 Si tienes uno o varios de los síntomas de esta lista, estás infectado por el virus (y que tire la primera piedra el que no los tenga). Lo mejor para combatir la enfermedad es conocer que ya hay mucha gente en todo el planeta viviendo de forma diferente y priorizando la felicidad, las relaciones personales y los intereses de su comunidad al bienestar material Aquí te dejamos algunas entradas de nuestro blog sobr algunos de estos movimientos e ideas:


The Economics of Happiness
Movimiento Slow
Happy Planet Index
El decrecimiento