lunes, 31 de marzo de 2014

La ciudad fantasma de Ordos y la bubuja china


En el norte de China, en la Mongolia interior, se levanta - vacía y casi fantasmagórica – la ciudad de Ordos, una nueva demostración de la salvaje especulación inmobiliaria que ha acompañado la llegada del capitalismo al país más poblado del mundo.  ¿Será que en China también tienen “un Pocero”?

Más de 161 mil millones de dólares de dinero público y privado se han invertido en crear una ciudad pensada para 1 millón de habitantes que actualmente tiene una población de 20.000, la mayoría empleados de mantenimiento de los edificios y servicios de esta urbe fantasma. 


Más de 10 años después del comienzo de su construcción, tal y como se puede ver en estas ilustrativas imágenes, la ciudad sigue vacía. Eso sí, en este ejercicio de megalomanía y, sobre todo, especulación capitalista pura y dura, a Ordos se le ha dotado, además de hileras de edificios de viviendas, de todos los servicios, incluido un aeropuerto que nunca se ha abierto, polideportivos, auditorios e incluso grandes monumentos ensalzando las glorias mongolas. Nada ha sido usado, nada ha sido inaugurado, nada ha sido siquiera contemplado...


Hay dos motivos para el fracaso de la ciudad de Ordos. El principal que no hay población ni movimiento migratorio previsible que justifique la construcción de una ciudad así en dicho lugar. El segundo es, valga la redundancia, algo secundario en vista de ello, pero no obstante digno de mención: el precio de la vivienda en  la ciudad mongola está muy por encima del poder adquisitivo de la clase media china para la que se construyó. El precio medio de un apartamento de 60 m2 es de aproximadamente 50.000 € y de 220.000 € el de un chalet individual. 


¿Es que no se hicieron estudios previos a su construcción?, nos podríamos preguntar cualquiera pero, a estas alturas y con lo que sabemos aquí en España del tema, quien la haga ya sabe que va a quedar solo forzosamente en pregunta retórica, ya que seguramente a ninguno de los implicados le interesa responderla. Nosotros, auténticos expertos en burbujas de todo tipo, sabemos de esto. Tenemos ciudades periféricas vacías a porrón, como también tenemos un buen stock de obras públicas innecesarias. Para muestra vale un botón: las radiales de Madrid y las primeras noticias de que es posible que los ciudadanos de a pie tengamos que ¡rescatar las autopistas españolas!


Claro que, con esa mezcla de comunismo-capitalismo que ha patentado el gobierno chino, las autoridades siempre pueden hacer un "traslado forzoso" de ciudadanos a la megalómana Ordos. ¡Anda que no le hubiera gustado al Pocero tener algo así para Seseña! Igual se lo podría proponer a Cospedal...

sábado, 22 de marzo de 2014

Mr. Smith y Elgin Park

Una ciudad imaginaria americana con aires de años dorados, un calendario que se detuvo en 1965, unas imágenes que reflejan las cosas como solían ser. Melancolía de tiempos pasados que esconden un secreto minucioso y un gran cuidado por el detalle a escala 1/24.






Una obra de Michael Paul Smith

jueves, 20 de marzo de 2014

Vivienne Westwood se ducha en público para apoyar a PETA



No ocurre todos los días que veamos a una grande del mundo de la moda duchándose delante de nuestras narices. La gran Westwood lo hace para apoyar el vegetarianismo en contra del consumo de carne,ya que la industria cárnica es la que más agua consume. El próximo sábado, 22 de marzo, es el Día Mundial del Agua, una jornada creada para concienciarnos de que debemos proteger los recursos de agua del planeta, por eso nos ha parecido idóneo hacernos eco de esta original campaña de PETA.

La reina del punk es una declarada activista de la ecología y de la alimentación vegetariana. En el vídeo se ducha tranquilamente, declarando que se puede permitir una ducha larga por la cantidad de agua que le ahorra al planeta por no comer carne. Comer vegetariano, dice, es más sostenible que reciclar y conducir un híbrido, sumados. Aquí te dejamos el vídeo para que lo veas.



miércoles, 19 de marzo de 2014

Pobreza energética: si la barba de tu vecino ves cortar, pon la tuya a remojar


Arropadas con mantas y alumbrados con velas, 400 personas ocuparon una oficina de Endesa en Barcelona para protestar por la pobreza energética: un problema que afecta ya al 15% de los españoles… y seguimos sumando.

A menudo desde el conTÚmismo pensamos que deberíamos arremangarnos y encomendarnos la ardua tarea de crear un “Nuevo léxico contemporáneo”. Una obra de referencia a modo de sui generis diccionario en el que se reunieran todas las palabras, acrónimos, conceptos y términos que los “expertos”, los medios y el mercado nos están haciendo aprender en estos últimos tiempos. 

Haría falta haber vivido en Marte una buena temporadita para no haber aprendido, por ejemplo, “prima de riesgo”, un término que muy pocos conocíamos antes de la crisis. Pero la lista es mucho más larga y engloba conceptos y palabras acuñadas por expertos, políticos y medios para definir  lo que nos ocurre, lo que vivimos, cómo nos comportamos… Otras palabras y conceptos no son nuevos, desde luego, pero o han cobrado un nuevo significado por su incidencia en nuestras vidas. ”Pobreza energética” es uno de ellos y  lo hemos aprendido cuando  ha pasado de ser un término a ser una realidad de nuestro día a día. Una demostración de que “la letra con sangre entra”, vamos.

En 2012 más de 1,4 millones de hogares españoles sufrieron un corte de luz y se calcula que alrededor de cuatro millones de personas (un 10% de los hogares españoles) no pueden pagar sus facturas energéticas. Estos datos pertenecen al estudio “Pobreza energética en España, publicado por la Asociación de Ciencias Ambientales que promete un inminente nuevo estudio para este primer trimestre de 2014, aunque ya adelantan que prevén que la pobreza energética en nuestro país alcanzará ya el 15%.

Estos datos y las también alarmantes cifras y estadísticas de las subidas en los precios de la energía nos han estado acompañando durante todo el invierno, una época en la que el término cobra dimensiones trágicas. Según Cruz Roja, el 58% de las personas atendidas por la organización no podían pagar sus suministros, y la cada vez mayor demanda de productos que no necesiten cocción en los bancos de alimentos es otra demostración de la gravedad de un problema que también tiene sus consecuencias para la salud. La tasa de mortalidad adicional de invierno en España es una de las más elevadas de Europa: 20.000 muertes prematuras de las que entre un 10% y un 40% se debe a la pobreza energética que empeora la calidad de vida y afecta principalmente a enfermedades de tipo respiratorio.  Refrescarse en verano puede ser solo para ricos, pero calentarse en invierno debería ser algo al alcance de todos.



Los que piensen que este problema solo afecta a los extractos más desfavorecidos de la sociedad que se olviden de eso y se apliquen lo de “cuando las barbas de tu vecino veas cortar, pon las tuyas a remojar”. El desempleo,  los recortes en ayudas y la falta de poder adquisitivo de aquellos que aún tienen trabajo pero en condiciones precarias y con salarios cada vez más bajos,  han hecho a mucha gente “pobres energéticos”.  Casi todos (menos los más privilegiados) somos más pobres energéticamente y lo demuestran los cambios en nuestros hábitos diarios. Que tire la primera piedra el que, hoy en día, no apague una lámpara cuando enciende otra, que calcule cuándo encender la calefacción o piense cuánto cuesta un plato a cocina en términos energéticos. Y esto ha venido para quedarse, nos tememos. El inminente pico del petróleo (ese momento no tan lejano en el que el  petróleo sea tan caro que el precio de la vida se dispare de tal manera que acción diaria que requiera de energía sea insostenible económicamente para el ciudadano medio), o la carga que supone la investigación e implantación de energías sostenibles no derivadas del petróleo en el precio de las energías convencionales parece pronosticar que los precios no van a bajar y, por ende, no va a pertenecer al universo de la consparanoia sino al de nuestra realidad. Un problema de tales dimensiones potenciales debería ocupar nuestra atención.


Ayer martes 18 de marzo de 2014, se realizó por primera vez en España una acción en contra de la pobreza energética con la ocupación de una oficina de Endesa en la Gran Vía de Barcelona.  La protesta se organiza porque está a punto de terminar la “tregua” de invierno que habían dado las energéticas a aquellas familias que demostraron ante los servicios sociales que no podían pagar los suministros. Ahora estas familias se encuentran ante la irónica situación de tener que pagar no solo en reenganche sino las deudas acumuladas durante el invierno. Entre las casi 400 personas que “tomaron” las dependencias de la energética se encontraba Ada Colau, fundadora de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca,  y la acción ha tenido buenos resultados: la compañía está dispuesta  a  reunirse con miembros de la plataforma para escuchar sus reivindicaciones. Que la reunión cambie algo para el consumidor, para el ciudadano, está por ver, pero lo que está claro es que las acciones ciudadanas sí tienen sentido, sí pueden ser eficaces y sí pueden generar cambios. Las protestas del barrio de Gamonal son buena prueba de ello: el Ayuntamiento de Burgos ha reculado y no se van a hacer las obras planificadas que levantaron a los vecinos de este barrio combativo y obrero. Si ellos se unieron alrededor de un problema específico y lo han conseguido, imagina lo que podemos hacer si nos unimos todos para cambiar algo que puede afectarnos potencialmente a eso, a todos. Al fin y al cabo, la mayoría ya deberíamos ir poniendo la barba en remojo. 

miércoles, 12 de marzo de 2014

Transition Towns: ciudades empeñadas en vivir sin petróleo



Las ciudades en transición es un movimiento global que empezó en una pequeña ciudad de 10.000 habitantes del sur de Inglaterra, Totnes, donde vivía su creador, Rob Hopkins un profesor de permacultura,impulsor de esta tendencia cuyo objetivo es que las comunidades sean autosuficientes y sostenibles. Hopkins apunta a que el petróleo y sus vaivenes controlan nuestra vida, un control del que debemos escapar estableciendo nuestra propia soebranía local y alimenticia. Pero no sólo es la tiranía del oro negro a lo que se oponen los "transicionistas", ellos pretenden, además, anticipar al “pico” del petróleo que está a punto de ocurrir. 

Es decir, antes de que el petróleo sea tan caro que el precio de la vida se disparen de tal manera que para muchas comunidades del “Primer Mundo” cualquier acto diario sencillo como desayunar, comer y cenar sea “insostenible”, impulsemos un cambio en la forma de vida de nuestra comunidad que nos permita crecer localmente y ser autosuficientes. Debemos abandonar los malos hábitos que hemos adquirido en épocas en las que el petróleo era barato y abundante. ¿La principal? La globalización. Ese mercado planetario que nos "vende" como un regalo que comamos una manzana traída desde la otra esquina del mundo - o peor aún, trasladada a la esquina opuesta del mundo, encerada y devuelta la esquina de nuestra calle - que deja tras de sí una gigantesca huella de carbono y destruye puestos de trabajo locales.



A estas alturas no hay nadie que ponga en duda que el petróleo es un recurso limitado y que tiene los días contados, así que no hay más debate que cuánto tiempo queda hasta que la producción mundial de crudo llegue a su cenit y comience a declinar. La Agencia Internacional de la Energía lo sitúa en 2020, otras fuentes señalan fechas alarmantemente tan cercanas como 2013, 2015. La “incómoda verdad” del cambio climático y sus efectos sobre nuestro planeta ha elevado la alerta al color rojo y miles de comunidades, pueblos y ciudades en el mundo han decidido pasar a la acción, de forma positiva y sin dramatismos con una transición según sus necesidades reales y sus posibilidades hacia la vida sin el oro negro.

Quienes participan en las iniciativas de transición han hecho cambios en su forma de vida: gastan menos energía, reutilizan las cosas, viven cerca de donde trabajan, buscan materiales locales para sus casas, cultivan huertos o compran producto local. Algunos comparten sus jardines con aquellos que viven en pisos para cultivar, otros aprenden habilidades tan corrientes antiguamente y tan inusuales ahora como tejer, coser o remendar. Todos ellos utilizan menos el coche y muchos han decidido no viajar. Entre ellos, el creador del movimiento. Hopkins hace años que renunció a volar en avión y cuando se le solicita una conferencia, sólo pone una condición: que sea a través de video conferencia. Algunas ciudades como Totnes, incluso tiene su propia moneda, la Totnes-pound, han creado cooperativas para tener granjas orgánicas que cubren las necesidades de las familias “socias” y cuyo excedente sirve para aprovisionar las tiendas locales; y en todas se habla de comunidad y de ser proactivos y actuar colectivamente por una vida mejor, más conectada y más arraigada y, sobre todo, pensando en el futuro.



Desde que Totnes comenzará su transición en 2006, muchas otras ciudades del mundo han seguido su ejemplo . Todas unidas en la red de transición o Transition Network, una red sin liderazgo que se desliga del posicionamiento político de grupos activistas ecologistas o anticapitalistas, y cuya misión es ofrecer herramientas de formación para quienes quieran iniciar una iniciativa en cualquier parte del mundo. Es decir, comparten libremente información con quien la quiera o necesite, animando a que cada comunidad cambie su modelo y lo mejore.: "Si alguien quiere empezar, que lo haga. No tiene que pedir permiso a nadie. La Transición es un experimento social fascinante que ofrece una serie de herramientas para comenzarlo”.



A España también ha llegado el eco de la iniciativa de la transición y, en estos momentos, en algunas ciudades como Coín (Málaga), Barcelona o Vilanova i la Geltru se están organizando grupos que se reúnen una vez a la semana en asamblea abierta a cualquiera que quiera participar para discutir iniciativas y acciones concretar y ponerlas en marcha. Puedes encontrar información sobre éstas poblaciones en la web del Movimiento de Transición.

Aquí os dejamos el video del documental Las voces de la transición, en el que podréis ponerle cara a algunos de los protagonistas de esta iniciativa, entre ellas las del propio Hopkins.

domingo, 2 de marzo de 2014

Islas inhabitables e isleños desplazados 60 años después de las pruebas atómicas en el Atolón Bikini


Ecologia: Sesenta años después de las pruebas atómicas realizadas por Estados Unidos en uno de los atolones más bellos de las Islas Marshall, el Bikini, tan solo una de las 36 islas que lo componen tiene índices aceptables de radiación y todas siguen deshabitadas. Los desplazados y sus descendientes han utilizado el aniversario de la prueba más potente de las 67 que se realizaron - el test Bravo, con una bomba de 15 megatones-   llamar la atención sobre el problema. 


La zona ya había sido utilizada por la Marina estadounidense anteriormente, durante la Segunda Guerra Mundial, como "cementerio" de buques hundidos pero, al menos entonces, los habitantes de las pequeñas islas de uno de los parajes más bellos de la Tierra podían seguir viviendo en ellas. En el año 46, fueron desplazados a un atolón cercano - el Rongerik - para ensayar en la zona primero las bombas de hidrógeno y luego atómicas. 


De las 67 pruebas que se realizaron entre el año 46 y el 58, la más devastadora fue la denominada test Bravo que se realizó el 1 de marzo de 1954.  Parte de la carrera armamentista de la Guerra fría, la  bomba de Bravo era mil veces más potente que la de Hiroshima  Expuso a miles de personas al fallout radioactivo que hoy en día sigue afectando a la población y el ecosistema de las islas.


Algunos habitantes intentaron volver a habitar sus islas de origen a principios de los 70 pero tuvieron que abandonarlas por los altos índices de radioactividad presentes en el entorno y en los alimentos. Hoy siguen desplazados y saben que su problema no tiene solución pero al menos quieren ser escuchados y crear conciencia en el resto de nosotros para que no permitamos que nunca jamás vuelva a ocurrir una cosa así. Y que no haya nunca jamás nadie tan chiflado como para celebrar una explosión nuclear con una "bikini atoll cake" hecha ex profeso para la ocasión. Porque sí, señores, la foto de entrada es auténtica y es que, una vez más, la realidad supera la ficción.