jueves, 19 de diciembre de 2013

FairVille: un juego muy justo



En FairVille las cosas cambian según quieras pasarlas por el filtro del comercio justo o no.  Está diseñada por Flying Dodos y es muy didáctica. Anda, prueba!

lunes, 9 de diciembre de 2013

Trash Cooking: la cocina del aprovechamiento



Desperdiciar, definitivamente, no se lleva.  Y menos en la cocina donde se maneja uno de los aspectos más básicos y fundamentales de la vida: la alimentación.  La cultura del tirar de las últimas décadas está siendo sustituida – por conciencia pero también por necesidad – por la del aprovechamiento máximo de los recursos... ¡basura incluida!


Aprovecho el puerro hasta lo más verde, me afano en pelar las patatas con precisión quirúrgica para que las mondas sean casi transparentes,  añado agua constantemente a la cocción para que salga más caldo… Estas son tan solo algunas de las cosas que hago desde que vivimos en crisis y que me hacen trasladarme, no a la época de la mili (que afortunadamente no hice por cuestión de género), sino a casa de mi abuela que pertenecía a una generación que vivió tanto la Guerra Civil como la posguerra y que, por tanto, cogió miedo a las privaciones. Son los mismos actos pero nosotros ahora les damos un sentido distinto. En nuestro momento y cultura, adquieren significado de movimiento, tendencia o incluso de activismo, se bautizan como trash o waste cooking.

Puede que también esto sea tan signo de los tiempos como pelar muy fino, y algunos objetarán que nuestra inclinación por reconvertir todo en tendencia no es más que una herencia del salvaje consumismo que nos ha traído aquí. Es posible.  Pero también cabe la posibilidad de darle la vuelta al asunto, y felicitar a aquellos que toman iniciativas positivas y las “empaquetan” de forma agradable porque quizás así sí lleguen a la gente. Al fin y al cabo, todos sabemos a estas alturas que la letra con sangre no entra y de esta manera, quizás, generemos cambios que necesitamos. En cualquier caso, echemos un vistazo a esto de cocinar basura. 

Los nuevos hábitos llegan también a la alta gastronomía como leo en el blog de Rene Redzepi , chef del restaurante Noma que ha sido votado varias veces como el mejor restaurante del mundo y tiene tres estrellas Michelín. Este local de Copenhague adscrito al movimiento New Nordic Food siempre ha ostentado una filosofía sostenible, optando por el producto local y orgánico. Ahora Rene va a un paso más allá defendiendo la máxima utilización de la materia prima en lo que él ha bautizado: Trash cooking. Es decir, intentar aprovechar todo aquello que antes acababa en la basura transformándolo en auténticas delicias gourmet.  Esto – como todo lo que hace Redzepi en la cocina – ha quedado registrado en sus diarios y cuadernos de recetas que va publicando periódicamente, así que no me extrañaría que alguien en la otra punta del mundo acabara aprovechando la cabeza de un arenque y sirviéndolo en la mesa como si de auténtico caviar se tratara.  El chef de Noma no está solo en esta reconversión de la alta gastronomía que reivindica otros valores más que el lujo asociado a la mera idea del precio. Hay muchos otros prodigios de la cocina y locales míticos que abogan por una gastronomía elaborada con buenos materiales pero humildes y, sobre todo, locales y por ende sostenibles. Especial atención merece el chef de Coi en San Francisco David Patterson, y su poderoso artículo en el Financial Times, Are carrots the new caviar?


Cambia la palabra “trash” por “waste” y encuentras otro movimiento, éste mucho más activista, que va un paso más allá en el proceso de la basura: lo que propone no es que no tiremos cosas a la basura sino que ¡usemos la basura! Literalmente.  “La comida es cultura, ¡no la desperdicies!” es el  lema de Waste Cooking y bajo él se ha ido construyendo una comunidad de comunicadores, chefs y “buceadores de basura” cuya intención es difundir la idea de que tiramos demasiada comida. Un bien escaso ya no en el Tercer Mundo sino también en el llamado “primer”, donde cada vez más personas afectadas gravemente por la recesión económica recurren a los cubos de basura de los supermercados y grandes superficies que, cada día en aras del concepto de “fecha de caducidad” (que, a lo largo del tiempo y por codicia del mercado y del sistema, ha pasado de ser una garantía para nuestra salud a una versión más de la obsolescencia programada) tiran productos alimenticios en perfecto estado.  Y no solo eso, estos buceadores también te incitan a rebuscar en las basuras privadas. En su web encontrarás recetas para convertir la basura en buena comida. 

jueves, 5 de diciembre de 2013

Diccionario de términos vintage para optimizar tu búsqueda


Algunos de los mejores lugares para buscar artículos vintage no está en el mundo real sino en el virtual. Por la red encontrarás más oferta y podrás comparar más los precios si sabes buscar bien. Entre otras recomendaciones, aquí hemos dejado algunas claves para optimizar tu búsqueda. 


Los términos: No uses solo el término “vintage” para tu búsqueda, hay gente que etiqueta un pantalón de Lefties de hace ocho años con esa palabra. Te recomiendo que le añadas el nombre de algún diseñador o alguna marca, porque es mucho más probable que un vendedor que tenga un cinturón de Saint Laurent o un pañuelo de Hermès tenga producto de calidad, aunque no tenga firma.

Las categorías:
El estado de una prenda vintage determinará en muchos casos su precio. A mejor estado, más caro el artículo, claro. Las palabras que te encontrarás con mayor frecuencia (y lo que realmente significan) son:

  • Mint: Significa que está en perfecto estado, tal y como cuando se fabricó, y no muestra ningún signo de uso (esto es muy raro en el caso de la ropa vintage).
  • Near mint: El artículo casi no muestra ningún signo de haber sido usado.
  • Excellent: Ha sido usado pero está en buen estado.
  • Very good: Es apto para ser usado pero tiene algunos defectos (alguna mancha o alguna rozadura, por ejemplo).
  • Good: Te lo puedes poner pero, aunque lo lleves al tinte o le hagas alguna reparación, nunca quedará perfecto.

Las mejores "presas" del vintage e-shopping:
Son, desde luego, los complementos. Con la diferencia de tallajes entre diferentes países algunas veces es complicado acertar. No obstante, si algo te gusta muchísimo y de verdad te lo estás pensando, no te cortes y pídele al vendedor las dimensiones en centímetros. Yo lo he hecho, y la mayoría de veces me han enviado los datos.


La información es poder... así que ¡infórmate antes!
Fashion Era es la página donde debes hacer tu investigación antes de rebuscar en la red. Encontrarás toda la información que necesites sobre la moda vintage: patrones, siluetas, materiales, todo clasificado por décadas y contextualizado.

Ahora que ya tienes toda la info que necesitas, igual te interesa nuestra Guía de compras vintage. Allí encontrarás dónde comprar, tanto en el mundo virtual como en el real.

Guía para comprar vintage



Desde el punto de vista de la sostenibilidad, comprar en tiendas vintage cumple con las tres "R" esenciales: reutilizar, reciclar y reducir. Ahora, a punto de entrar en el frenesí consumista de la Navidad, te ofrecemos esta alternativa conTÚmista para tus regalos y te ayudamos a comprar bien. 

Vintage puedes encontrar en muchos sitios, pero no todo lo que te venden como vintage lo es (que yo sepa, ¡aún hay diferencia entre viejo y antiguo!), ni todo el vintage es barato. Encontrar un buen artículo de vintage tiene su cosa. Debes rebuscar mucho y dedicarle tiempo. Encontrar en un objeto las tres Bes (bueno, bonito y barato) ya es todo un logro, pero si además tienes en cuenta que con lo vintage hay que añadir otra B más –la de “buen estado”-, debes ser constante y tener paciencia.  




DÓNDE: Mercadillos, tiendas vintage, charity shops, webs 

Como primera opción están los mercadillos. Los clásicos de cada ciudad, como el Rastro aquí en Madrid,siguen siendo un buen territorio de caza. Evidentemente, también hay cazadores profesionales que ya han pillado lo bueno bueno, pero aún hay posibilidades. Recomiendo que, además de las tiendas vintage, te acerques a husmear a lo que aquí llamamos “Los montones” en la plaza de Vara de Rey. Son inmensos montones de ropa a revisar pero, si das con algo, ¡te lo llevas por menos de 10 €! Yo tengo algunas cosas muy chulas de los 70 y 80 que he "cazado" ahí. (Si quieres saber más, lee nuestro post). También se encuentran cositas (más de temporadas pasadas que 100% vintage) en los cada vez más frecuentes mercadillos que se organizan en colectivos y co-workingsde todas las ciudades. Aquí, por ejemplo, el co-working Espíritu 23 organiza todos los meses Adelita’s Market en pleno Malasaña, donde, aunque está sobreexplotado y resulta bastante agobiante, podrás encontrar algo vintage interesante (pero rara vez de valor).

Entre mis tiendas favoritas está Lotta Vintage (Madrid), porque su dueña, Carlotta, rebusca en todos los mercadillos de Europa para traerse a su local auténticas joyas en perfecto estado de los 60, 70 y 80. Pepita is Dead también está en mi ranking, porque tiene maravillas setenteras que nunca se han usado; y finalmente recomiendo Le Swing, en Barcelona, si lo que estás buscando es ropa con firma. Ahora, para mí, el hit son las Charity Shops que hay por todo Londres, y te recomiendo que si vas a la ciudad las busques. Son tiendas de beneficencia donde llevan la ropa "vieja". Cuanto más vieja la lady que dona la ropa, o mejor sea el barrio donde vive, más posibilidades hay de encontrar las joyas de la corona del vintage a dos perras. Pero, en general, mi territorio de caza favorito es, sin duda alguna, ¡Internet!





Webs recomendadas

He hecho una pequeña selección de las páginas que más me gustan, a las que tengo que añadir, evidentemente, eBay. Allí se encuentran auténticos chollos pero a mucha gente le agobia el sistema de “subasta” con el que funciona, así que no lo he incluido en la lista. Pero si manejas bien las compras aquí, ¡no lo dudes! Te recomiendo, eso sí, que afines mucho la búsqueda por categorías, por diseñador y por fecha. Te será más fácil.Vintage Trends: Tiene una buenísima selección de ropa desde los años 40 a los 80 para todos (mujer, hombre y niños) y a precios muy asequibles. Está muy bien organizada, tiene un buen buscador y da información detallada sobre el material y el estado de la prenda. Te proporcionan, además, las medidas exactas (aunque en pulgadas), para que veas si te está bien. (Para ir a la web, pincha aquí).Antique Dress: Este site es para flipar y te recomiendo que entres en él aunque no estés pensando en comprar nada, porque es como un museo del vestido. ¡Se encuentran cosas hasta del siglo XVIII! Además de la ropa de época, vintage del siglo XX con vestidos usados por las estrellas de Hollywood y personalidades célebres. Nada de esto es barato, claro, pero tienes una sección de cosas por menos de 150 $. (Para ir a la web, pincha aquí).

Vintage Slips: El paraíso para las aspirantes a pin up con su increíble selección de lencería vintage desde los años 30 hasta los 60. Aquí una aclaración, creo que importante: ¡está casi todo sin usar! Camisones, corpiños, culottes, saltos de cama, ligueros, combinaciones... Busca lo que te apetezca porque seguro que lo encuentras. 
(Para ir a la web, pincha aquí).
Fashion Era: Aquí no puedes comprar nada, pero es en esta página donde debes hacer tu investigación antes de rebuscar en la red. Encontrarás toda la información que necesites sobre la moda vintage: patrones, siluetas, materiales, todo clasificado por décadas y contextualizado. (Para ir a la web, pincha aquí).

Consulta también nuestro Diccionario de términos vintage para hacer más efectiva tu búsqueda en estas webs. 


miércoles, 4 de diciembre de 2013

La PET Lamp: reciclaje, artesanía y diseño


A partir de un proyecto sobre la reutilización de botellas de plástico PET que acaban en el río Amazonas, el diseñador Alvaro Catalán de Ocón crea la Lámpara PET que las reutiliza uniendo reciclaje, la más ancestral artesanía textil y el diseño. 

En 2011, en un viaje a Bogotá el diseñador industrial Alvaro Catalán de Ocón forma parte de un proyecto sobre la reutilización de las botellas de plástico PET arrastradas por las lluvias tropicales al río Amazonas.

Es una contradicción tirar un objeto cuyo material tiene una vida de alrededor de 500 años y que sin embargo cumple su función durante tan solo unos minutos. Reflexionando en torno a esta contracción, el diseñador decide darle una segunda oportunidad a la botella PET transformándola en un objeto con una vida útil mayor y ante todo creando una conciencia entorno al valor del objeto en si y el problema que genera. Para lograrlo se recurre a fusionar uno de los objetos industriales de mayor fabricación del mundo con una de las técnicas artesanales más arraigadas a la tierra, la tradición textil.


El concepto detrás de la lámpara se reduce a interpretar un telar circular cortando en tiras el cuerpo de la botella usando como guías las marcas que el molde deja durante la fabricación de la misma. Estas tiras quedan sujetas al cuello de la botella que le da estructura y formando una superficie sobre la que tejer. El cuello, tapón y rosca de la botella se mantienen como conexión perfecta entre la pantalla, el cable y el resto de los componentes eléctricos.



El verano siguiente (2012) el estudio organizó un taller en colaboración con Artesanías de Colombia y patrocinado por Coca-Cola Colombia para reunir un grupo de artesanos Eperara-Siapidara y Guambianos de la región del Cauca, desplazados por la guerrilla en Bogotá. Aplicaron su técnica tradicional de cestería a la botella usando lana o su fibra natural proveniente de la Palma de Tetera, teñida con pigmentos naturales de la zona y aplicando los colores y dibujos propios de su cultura para dejar representada su propia cosmogonía.


Cada una de las lámparas es única e irrepetible y se venden en la web de PETLamp.org. Los precios dependen de los tamaños y oscilan entre 150 y 300 €. También se venden en sets de 3, 6, 12 y 21 piezas para que las combines y consigas el efecto de la foto de entrada de este post. Ten en cuenta también que con tu compra ayudas a los artesanos desplazados de las zonas más afectadas por la guerra de guerrillas en Colombia. 




martes, 3 de diciembre de 2013

Tu casa... un poco más verde



La ecología no sólo es tendencia, ¡es una necesidad! Los problemas del día a día en esta época convulsa en la que vivimos nos ha hecho olvidar que el planeta también está en crisis y que tampoco a él le salen las cuentas: gastamos muchos más recursos naturales de los que se puede permitir. Acaba de terminar en Varsovia una nueva Cumbre del Clima y, otra vez más, sin las medidas que la Tierra necesita. Tomemos, por tanto, cartas en el asunto y hagamos nuestras vidas un poco más verdes.

No hacen falta grandes gestos - ni desde luego sacrificios - para aportar tu granito de arena al planeta. Tu pequeña revolución puede tener lugar en "la república independiente de tu casa" aplicando las tres "R" de la sostenibilidad: reducir, reutilizar y reciclar. Cada gesto cuenta, y muchos gestos pequeños sumados entre sí pueden generar los cambios que nuestros políticos y dirigentes no están dispuestos a hacer. 

He buscado por ahí algunas ideas para hacer nuestras casas un poco más verdes pero, claro, hay millones más. Espero que te inspiren para empezar a ponerle mucho verde a tu casa. Tanto el Boskke Sky Planter como la Pizarra macetero de GoVert te permiten cultivar tus propias hierbas aromáticas fácil y cómodamente y, sobre todo, en espacios pequeños. Imagina la cantidad de plástico que le ahorrarás al planeta si no tir as a la basura el packaging desmedido que le ponen a las cuatro hojas de albahaca que compras en el súper. 






Desafiando a la gravedad el Sky Planter de Boskee te permite tener mucho verde en casa o en la ofi aunque no tengas demasiado sitio porque aprovecha el espacio menos utilizado: el techo. Boskee se dedica al diseño de espacios de cultivo para la "vida moderna", es decir, para urbanitas con cada vez menos metros cuadrados de vivienda. Este Sky planter es perfecto para decorar pero también te permite tener tus propias aromáticas en la cocina. Cuesta 59 $ en Fancy. 



Puedes convertir cualquier pared en un precioso jardín vertical con este diseño de GroVert ideado especialmente para cultivar plantas aromáticas en la cocina. El planter se instala con facilidad en la pared y tiene diez compartimentos para plantar diez plantas diferentes. En el borde superior tiene un sistema de regado que garantiza que todas tendrán la cantidad de agua que necesitan. Si hay exceso de humedad, el sobrante se acumula en una bandeja que hay en la parte inferior. ¡Todo está pensado al milímetro! Hasta el acabado de pizarra que te permite etiquetar los cultivo. Cuesta 199 $ en Fancy.

Cumplido el requisito de reducir, pasamos al de reutilizar. Seguro que tienes por ahí algún mueble que, con un par de detalles, puede tener una nueva vida. Para inspirarte, te dejo un tutoríal para reciclar un puf de ratán con resultados espectaculares. Y si prefieres que el reciclaje te lo haga otro, te recomiendo que eches un vistazo a las cosas tan increíbles que hacen en Recreate, como la silla-maleta que te dejo aquí abajo.



Veinte minutos y unos cuantos restos de pintura son suficientes para darle una nueva - y colorista - vida a un viejo puf de ratán que tienes tirado por casa. Es económico, es ecológico y es divertido, y puedes reconvertir ese puf de Ikea que compraste para tu terraza este verano en un asiento o mesita supletoria para tu salón este invierno. No tienes más que elegir los colores y ponerte a ello. Esta idea la he encontrado en un blog que se llama Old brand and new blog que está lleno de propuestas para recuperar muebles viejos y decorar tu casa aprovechándolo todo. Te aconsejo que entres y mires lo que tienen. 



La diseñadora sudafricana llamada Katie Thompson es el alma mater de Recreate, una colección de muebles y lámparas hecha con objetos descartados,como la maleta-sillón de la foto. Además. tiene otras maletas-silla que son para gritar, y baúles-sofá que son ideales, por no hablar del antiguo cubo de lavandería disfrutando de una segunda vida como puf o una vieja máquina de de escribir reconvertidas en lámpara. Los precios no son muy bajos pero tampoco prohibitivos, teniendo en cuenta que son objetos absolutamente únicos e irrepetibles (sillones 800 $, sofás 1000 $ y lámparas 300 $).