Domingo en Madrid. Hace un día maravilloso, la primavera ha explotado pronto e invita a lanzarse a la calle. Nos levantamos y pensamos qué plan hacer, en “plan conTÚmista”, claro…
Desde que hemos comenzado nuestra experiencia post-consumista buscando una forma de vivir que sea responsable con los recursos de los que disponemos, hemos tirado mucho del hilo, encontrado acciones y organizaciones en todo el mundo que abogan por acciones, leído cosas, escuchado muchas voces, y encontrado nuevos conceptos que nos han llamado la atención. Algunos provienen de pensadores, otros son pequeñas acciones de personas anónimas… Y muchos de ellos abogan por ¡una mayor felicidad! Todos ellos son pasos que estamos dando individualmente o en pequeños colectivos, cansados de esperar que las medidas vengan de arriba, de los gobiernos…
Uno de ellos, el slow movement, propone que echemos el freno, vivamos más despacio… incluso con menos. A cambio ganamos muchas cosas: desde algo tan sencillo como pasar más tiempo con los nuestros o participando en nuestra comunidad, a algo tan gigantesco como salvar los recursos de nuestro planeta.
Nos tomamos nuestro picnic tumbados en un prado de El Retiro al lado de un estanque. Volvemos a casa dando un paseo. Nadie diría que hayamos hecho algo importante, si quiera significativo. Pero no es así. El Slow Sunday es una de las diez medidas propuestas por el movimiento británico 10:10. Según sus cifras, si todos hiciéramos pisáramos el freno los domingos, los pasarámos leyendo, disfrutando de los nuestros y evitáramos compras, traslados, viajes... ahorraríamos un 10% en emisiones de carbono. No está mal.
No hay comentarios:
Publicar un comentario