El domingo nos pasamos por Biocultura, la feria de productos ecológicos y consumo sostenible que, en esta edición celebrada en el IFEMA de Madrid, celebraba su 27 aniversario con un llenazo absoluto de expositores y público (más de 600 y casi 80.000, respectivamente). Durante unas horas estuvimos en un universo paralelo en el que los agricultores no recuerdan lo que es un pesticida, las vacas no están ni remotamente locas, los cosméticos no son "naturales de palo" sino que realmente no contienen sustancias químicas y huyen del exceso de packaging como de la peste, y la comida que degustas no sólo es 100% bio es que, además, está riquísima...
Vamos, ¡el paraíso! Ahora bien, no hay como salir de ahí y pasarse por un centro comercial (a esas horas del domingo lleno hasta la bandera) para hacer un aterrizaje forzoso a la realidad. Los carritos de la compra a rebosar, las interminables colas ante los mostradores de las cadenas de fast-food y el ansia consumista en general dando rienda suelta a sus peores instintos son el mejor antídoto para nuestra ilusión conTÚmista. En la guerra bio/eco/sostenible/responsable versus el mall gana, sin duda alguna, ¡el máldito mall! Casi 80.000 visitantes (y compradores) en la feria es una cifra para tirar cohetes pero, desgraciadamente, los que optamos por este tipo de consumo somos aún una minoría.
Al día siguiente, además, nos levantamos con las conclusiones de un nuevo informe de WWF que pinta un panorama muy chungo si seguimos consumiendo tal y como lo hacemos en estos momentos: la humanidad necesitaría casi tres planetas Tierra para satisfacer las demandas alimentarias y energéticas de los más de 9.000 millones de habitantes que habrá en 2050. Por eso queremos centrarnos en lo que más nos gustó de la feria de ayer: ver a los niños disfrutando como los enanos que son con los talleres de cultivo, reciclaje y juegos organizados por Mama Terra, centrada en educar a los niños en el respeto medioambiental a través de lo que mejor saben hacer: jugar.
Así que hemos decidido dedicar este post a los más canis con una selección de los juegos y juguetes que encontramos por la feria. Todos ellos están fabricados con materiales naturales o reciclados, no son tóxicos, cuidan el packaging y pretenden despertar en el niño la curiosidad, la imaginación o, directamente, su conciencia medioambiental. Igual así, jugando, aprenden a manejar el planeta y sus recursos mejor de lo que lo hemos hecho generaciones anteriores.:
Nuestros ECO-TOYS favoritos:
Makedo: Es lo más de lo más en términos de eco-juguete porque el juego es, sencillamente, ¡reciclar!
Se trata de un sistema de conexión que te permite unir entre sí materiales como cartón, plástico o tela. Puedes hacer un avión, una cocinita, un coche, un disfraz, lo que se te ocurra. Cuando te canses de ello, tiras de las piezas de conexión y ¡vuelves a empezar! La clave es animar al niño a reutilizar todo lo que encuentre a su alrededor así que las posibilidades son infinitas.
Si quieres ver más ejemplos de utilización del kit entra en la página My makedo. Se puede comprar en Imaginarium y en www.hullitoys.com, y su precio es 19,95€.
Ludojoc: No podemos resistirnos a presentarte esta marca de juguetes artesanos hechos primorosamente con maravillosas maderas y barnizados con cera de abeja, 100% libres de tóxicos.
Pero no son sólo los materiales y el diseño lo que nos ha cautivado de esta marca, sino su filosofía. En lo que se refiere a sus procesos de producción, Ludojoc elige siempre maderas locales y de bosques controlados para reducir su impacto sobre el medioambiente.
En lo que concierne al concepto del juguete, su objetivo es hacer artículos duraderos y atemporales, para luchar contra la cultura del comprar, tirar y comprar que vivimos. Y sobre todo nos gusta mucho que son juguetes sencillos que permiten - o incluso exigen - de su receptor, el niño, que imagine y que invente. A su bola. Por eso dividen su catálogo juegos de imaginación, juegos de ingenio y tradicionales. Ah, ¡también tienen juegos de mesa! Puedes comprarlos en su web: www.ludojoc.com.
Bioviva: La marca francesa acaba de aterrizar aquí, en España. Se especializa en juegos de mesa en los que se incita al niño a contemplar el mundo con curiosidad, y el mensaje eco de la marca es más que evidente. En lugar de dominar el mundo como en el Risk, o de acumular vienes para convertirse en pequeños capitalistas como en el Monopoly, a los canis se les anima a ver el mundo como algo que se debe preservar y se les incita a compartir e intercambiar.
Bioviva también elige cuidadosamente sus materiales y evita el exceso de packaging, así que si te interesa echarle un vistazo a su catálogo entra en www.bioviva.com.
Estos juguetes fomentan:
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