lunes, 23 de enero de 2012

GARBAGE ART BY CHOI HEONG-HWA


Cualquier material reciclable que encuentre en uno de sus paseos le sirve al artista coreano Choi Jeong-Hwa para montar una espectacular instalación en mitad de su ciudad natal, Seúl. Es basura convertida en arte.


Utilizando la repetición, colores fuertes, materiales recuperados e inteligentes referencias culturales, los trabajos de este artista transforman objetos normales en delicados espacios que nos asombran y despiertan nuestra curiosidad. Choi recurred a los objetos más insignificantes de nuestro día a día para acercar su arte a cualquiera a través de impresionantes instalaciones en lugares públicos. El artista reconoce que su pasión por las instalaciones nació por su incapacidad para pintar y dibujar bien y por su enorme afición a dar largos paseos por la ciudad.

“Tenía claro que no me podía hacer pintor porque no dibujo nada bien, pero me encantaba dar paseos por la ciudad. Así que recorría las calles y los callejones y empecé a fijarme en las montañas de basura y en las casas en construcción. Me di cuenta de que la gente ‘normal’ construía y creaba cosas mejores que los artistas o los profesionales. Además, lo que hacían era mucho más natural. Así que decidí no hacerme artista sino convertirme en una persona normal que piensa como un artista”.

Esa, suponemos, es la justificación de su última instalación en pleno centro de Seúl. Jeong-Hwa ha llevado la consigna de utilizar materiales de construcción reciclados a su máxima expresión y ha recubierto la fachada de un anodino hotel con ¡mil puertas recogidas de obras de la ciudad! El resultado es espectacular.











Puedes encontrar muchos más ejemplos del interesante trabajo de Choi en su web, pero no podemos terminar este artículo sin mencionar una de sus instalaciones más llamativas: el Happy Happy Plastic Stadium, una gigantesca instalación de 1,7 millones de piezas de plástico recuperadas de la basura por voluntarios convertidas en posiblemente la instalación más grande de la historia: cubría totalmente uno de los estadios olímpicos de Seúl. Sea o no sea la instalación más grande que haya existido jamás sus cifras la hacen, en términos de basura, masiva: 3.600 voluntarios, 488 camiones de basura, 40 días de trabajo y exactamente 1.730.360 piezas de plástico. Aquí tenéis las imágenes…



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