Las ciudades en transición es un movimiento global que empezó en una pequeña ciudad de 10.000 habitantes del sur de Inglaterra, Totnes, donde vivía su creador, Rob Hopkins un profesor de permacultura,impulsor de esta tendencia cuyo objetivo es que las comunidades sean autosuficientes y sostenibles. Hopkins apunta a que el petróleo y sus vaivenes controlan nuestra vida, un control del que debemos escapar estableciendo nuestra propia soebranía local y alimenticia. Pero no sólo es la tiranía del oro negro a lo que se oponen los "transicionistas", ellos pretenden, además, anticipar al “pico” del petróleo que está a punto de ocurrir.
Es decir, antes de que el petróleo sea tan caro que el precio de la vida se disparen de tal manera que para muchas comunidades del “Primer Mundo” cualquier acto diario sencillo como desayunar, comer y cenar sea “insostenible”, impulsemos un cambio en la forma de vida de nuestra comunidad que nos permita crecer localmente y ser autosuficientes. Debemos abandonar los malos hábitos que hemos adquirido en épocas en las que el petróleo era barato y abundante. ¿La principal? La globalización. Ese mercado planetario que nos "vende" como un regalo que comamos una manzana traída desde la otra esquina del mundo - o peor aún, trasladada a la esquina opuesta del mundo, encerada y devuelta la esquina de nuestra calle - que deja tras de sí una gigantesca huella de carbono y destruye puestos de trabajo locales.
A estas alturas no hay nadie que ponga en duda que el petróleo es un recurso limitado y que tiene los días contados, así que no hay más debate que cuánto tiempo queda hasta que la producción mundial de crudo llegue a su cenit y comience a declinar. La Agencia Internacional de la Energía lo sitúa en 2020, otras fuentes señalan fechas alarmantemente tan cercanas como 2013, 2015. La “incómoda verdad” del cambio climático y sus efectos sobre nuestro planeta ha elevado la alerta al color rojo y miles de comunidades, pueblos y ciudades en el mundo han decidido pasar a la acción, de forma positiva y sin dramatismos con una transición según sus necesidades reales y sus posibilidades hacia la vida sin el oro negro.
Quienes participan en las iniciativas de transición han hecho cambios en su forma de vida: gastan menos energía, reutilizan las cosas, viven cerca de donde trabajan, buscan materiales locales para sus casas, cultivan huertos o compran producto local. Algunos comparten sus jardines con aquellos que viven en pisos para cultivar, otros aprenden habilidades tan corrientes antiguamente y tan inusuales ahora como tejer, coser o remendar. Todos ellos utilizan menos el coche y muchos han decidido no viajar. Entre ellos, el creador del movimiento. Hopkins hace años que renunció a volar en avión y cuando se le solicita una conferencia, sólo pone una condición: que sea a través de video conferencia. Algunas ciudades como Totnes, incluso tiene su propia moneda, la Totnes-pound, han creado cooperativas para tener granjas orgánicas que cubren las necesidades de las familias “socias” y cuyo excedente sirve para aprovisionar las tiendas locales; y en todas se habla de comunidad y de ser proactivos y actuar colectivamente por una vida mejor, más conectada y más arraigada y, sobre todo, pensando en el futuro.
Desde que Totnes comenzará su transición en 2006, muchas otras ciudades del mundo han seguido su ejemplo . Todas unidas en la red de transición o Transition Network, una red sin liderazgo que se desliga del posicionamiento político de grupos activistas ecologistas o anticapitalistas, y cuya misión es ofrecer herramientas de formación para quienes quieran iniciar una iniciativa en cualquier parte del mundo. Es decir, comparten libremente información con quien la quiera o necesite, animando a que cada comunidad cambie su modelo y lo mejore.: "Si alguien quiere empezar, que lo haga. No tiene que pedir permiso a nadie. La Transición es un experimento social fascinante que ofrece una serie de herramientas para comenzarlo”.
A España también ha llegado el eco de la iniciativa de la transición y, en estos momentos, en algunas ciudades como Coín (Málaga), Barcelona o Vilanova i la Geltru se están organizando grupos que se reúnen una vez a la semana en asamblea abierta a cualquiera que quiera participar para discutir iniciativas y acciones concretar y ponerlas en marcha. Puedes encontrar información sobre éstas poblaciones en la web del Movimiento de Transición.
Aquí os dejamos el video del documental Las voces de la transición, en el que podréis ponerle cara a algunos de los protagonistas de esta iniciativa, entre ellas las del propio Hopkins.
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