En el norte de China, en la Mongolia interior, se levanta - vacía
y casi fantasmagórica – la ciudad de Ordos, una nueva demostración de la
salvaje especulación inmobiliaria que ha acompañado la llegada del capitalismo
al país más poblado del mundo. ¿Será que
en China también tienen “un Pocero”?
Más de 161 mil millones de dólares de dinero público y privado se han invertido en crear una ciudad pensada para 1 millón de habitantes que actualmente tiene una población de 20.000, la mayoría empleados de mantenimiento de los edificios y servicios de esta urbe fantasma.
Hay dos motivos para el fracaso de la ciudad de Ordos. El principal que no hay población ni movimiento migratorio previsible que justifique la construcción de una ciudad así en dicho lugar. El segundo es, valga la redundancia, algo secundario en vista de ello, pero no obstante digno de mención: el precio de la vivienda en la ciudad mongola está muy por encima del poder adquisitivo de la clase media china para la que se construyó. El precio medio de un apartamento de 60 m2 es de aproximadamente 50.000 € y de 220.000 € el de un chalet individual.
¿Es que no se hicieron estudios previos a su construcción?, nos podríamos preguntar cualquiera pero, a estas alturas y con lo que sabemos aquí en España del tema, quien la haga ya sabe que va a quedar solo forzosamente en pregunta retórica, ya que seguramente a ninguno de los implicados le interesa responderla. Nosotros, auténticos expertos en burbujas de todo tipo, sabemos de esto. Tenemos ciudades periféricas vacías a porrón, como también tenemos un buen stock de obras públicas innecesarias. Para muestra vale un botón: las radiales de Madrid y las primeras noticias de que es posible que los ciudadanos de a pie tengamos que ¡rescatar las autopistas españolas!
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