Este documental, estrenado en 2009 simultáneamente (y gratuitamente) en infinidad de cines de todo el mundo y en youtube en una versión más breve, no ha estado exento de polémica. Dirigido por Yann Arthus-Bertrand y producido por la productora de Luc Besson, fue financiado por el conglomerado de marcas de alta moda PPR (propietaria de, entre otras, Gucci, Stella McCartney, Puma o FNAC). De la conciencia ecológica de Arthus-Bertrand no hay ninguna duda. Este magnífico fotógrafo francés (habitual de nuestro blog) lleva años utilizando su arte para despertarnos ante de la necesidad de tomar una acción en pro del desarrollo sostenible y del cuidado del medioambiente, y es autor de maravillosos proyectos como “Seis mil millones de otros”. Si para PPR financiar este proyecto no es más que greenwashing es un tema que dejaremos para otro post pero, en nuestra opinión, el mensaje del documental es tan necesario que bienvenido sea el dinero para poder hacerlo.
Descárgatelo y juzga por ti mismo. A base de impresionantes vistas aéreas tanto de paisajes naturales como de paisajes urbanos, en la primera parte del film Arthus-Bertrand va desgranando el milagro de la creación de vida en la Tierra, y el delicado pero a la vez increíble equilibrio entre todos los seres vivos que mantiene vivo al planeta. Poco a poco, vamos viendo imágenes de la intervención del hombre sobre él. Al principio, las de los pueblos que siguen viviendo de la tierra casi como en el neolítico, en respeto con la naturaleza y en dependencia a ella. Pero entonces viene el hombre moderno, el que ha cambiado más la Tierra en 50 años que todos los hombres que han existido antes que él. Nosotros. Que cultivamos cada milímetro de planeta, escarbamos cada rincón en busca de recursos, que mordisqueamos el planeta con un ávido apetito en busca de cualquier cosa para explotar, fabricar, vender, tirar… Y también nuestras metrópolis que crecen verticalmente y consumen energía día y noche; y nuestros grandes logros como el horripilante Dubai ganado al o céano, regado y climatizado a base de petróleo.
Y es entonces cuando nos envía un mensaje contundente: en los 200.000 años que llevamos los hombres sobre la Tierra hemos roto el equilibrio que durante casi cuatro mil millones de años de evolución se había establecido en el planeta. Debemos invertir esa tendencia ¡ya! Y una vez más, al igual que en esta conferencia cuyo video te dejamos aquí, vuelve a repetir que ES DEMASIADO TARDE PARA SER PESIMISTAS. Hay que descartar todo ese derrotismo que nos paraliza e impide que tomemos acción contra el desastre ecológico. Tenemos tan sólo 10 años para generar el cambio o entonces sí que será demasiado tarde.
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