Impactados por el último informe de Caritas Europa sobre la pobreza infantil que tanto ha molestado al ministro Montoro, nos preguntamos si ese término ha venido para quedarse y recurrimos a las fotografías del libro del fotógrafo James Mollison, Where children sleep para reflexionar sobre esta realidad que ya no pertenece solo al Tercer Mundo.
El estudio, realizado con el objetivo de medir el impacto social de las medidas de austeridad en los países más golpeados por la crisis, determina que España es el segundo país de la Unión Europea con mayor índice de pobreza infantil detrás de Rumanía y que al menos un millón y medio de hogares españoles padecen una situación de exclusión social severa, un 69,8% más que en año 2007.
Los datos son de por sí ya lo suficientemente sangrantes como para no tener que ver a nuestro Ministro de Hacienda ninguneando el estudio de Cáritas sobre pobreza infantil en España. Vamos, que te pinchan ¡y no te sale sangre! Ahora, lo que más duele es que el propio ministro reconozca que lo que más le ha molestado fue la comparación hecha por el coordinador de Estudios de Cáritas Española, Francisco Lorenzo, entre el rescate de las 70.000 familias españolas sin ingresos con el de las autopistas en quiebra que le supondrá al Estado 2.300 millones de euros. Montoro, en su línea habitual, contraataca diciendo que lo que crea riqueza son las autopistas y generar empleos… La cantinela de siempre y, como siempre, el que la escucha tiene la sensación de que para los políticos no hay relación entre cifras y personas… como si la naturaleza “macro” de las estadísticas superara , y borrara lo “micro” y, al mismo tiempo, lo más grande e importante: la existencia individual de los que componen el porcentaje.
En eso, en el detalle, en lo aparentemente pequeño se fijan las fotografías que James Mollison (Kenya, 1973) realizó para su proyecto Where Children Sleep para la ONG Save the Children. Cuando se le encargó, Mollison se preguntó cómo podía sensibilizar en imágenes del problema de la pobreza infantil. Le dio vueltas en la cabeza a su propia infancia y llegó a la conclusión de que una pieza fundamental en sus recueros era siempre su cuarto. Su habitación, su universo.
Durante cuatro años se pateó el mundo retratando a niños y sus habitaciones, por separado. El hecho de que las imágenes de los niños emulen retratos de estudio, siempre en plano medio y con el mismo fondo, hacen aún más elocuentes sus imágenes complementarias: las de sus cuartos. La combinación de ambas es uno de los mensajes visuales más impactantes que uno pueda imaginar. Eso sí, es igual de impactante ver a niños que trabajan y viven en condiciones de miseria en algunos países del Tercer Mundo que contemplar la diferencia entre una niña musulmana y un niño judío en los territorios ocupados de Cisjordania. Y también dan mucho que pensar los retratos de un niño de Kentucky con uniforme paramilitar y rifle o la de una adolescente punk-gótica de Escocia. Mollison retrató a más de 200 niños y todas, junto a la historia de cada uno de ellos, están contenidos en su libro Where children sleep. Aquí abajo, una pequeña selección de sus fotos.
Durante cuatro años se pateó el mundo retratando a niños y sus habitaciones, por separado. El hecho de que las imágenes de los niños emulen retratos de estudio, siempre en plano medio y con el mismo fondo, hacen aún más elocuentes sus imágenes complementarias: las de sus cuartos. La combinación de ambas es uno de los mensajes visuales más impactantes que uno pueda imaginar. Eso sí, es igual de impactante ver a niños que trabajan y viven en condiciones de miseria en algunos países del Tercer Mundo que contemplar la diferencia entre una niña musulmana y un niño judío en los territorios ocupados de Cisjordania. Y también dan mucho que pensar los retratos de un niño de Kentucky con uniforme paramilitar y rifle o la de una adolescente punk-gótica de Escocia. Mollison retrató a más de 200 niños y todas, junto a la historia de cada uno de ellos, están contenidos en su libro Where children sleep. Aquí abajo, una pequeña selección de sus fotos.
Bilal 6 años, Cisjordania
Ahkohxet 8 años, Amazonia (Brasil)
Dong 9 años, Yunnan (China)
Bikram 9 años, Melamchi (Nepal)
Tzvika 9 años, Cisjordania
Douha 10 años, Hebrón (Cisjordania)
Joey 11 años, Kentucky (EE.UU)
Lamine 12 años, Senegal
Rhiannon 14 años, Escocia
Risa 15 años, Kyoto (Japón)
Netu 11 años, Kathmandú (Nepal)
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