El arte urbano sigue evolucionando, y si algo nos gusta de él es su anarquía proveniente de la calle; esa que lleva directamente a la creatividad. Y no hay mejor dosis de ella que la que aprovecha los elementos existentes.
Un día paseando por su Amsterdam natal, a Max Zorn se le ocurrió utilizar las farolas como soporte para sus obras. El tipo, que utiliza cinta adhesiva traslúcida para escenificar secuencias que parecen sacadas de filminas del cine clásico, o que se atreve a recrear pinturas archiconocidas, comenzó a utilizar la luz de las farolas como medio de dar viveza a sus composiciones de cinta marrón.
Corto, pego, corto, corto: Aquí, un vídeo de cómo trabaja. Alucina:
Y aquí más de su arte. Gracias Max Zorn:
http://www.maxzorn.com/
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